El presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio, Carlos Nuzman, se eximió de culpa en el escándalo por robo de documentos del Comité Organizador de los JO-2012 (LOCOG), aunque es criticado en Brasil, sobre todo por el exastro y diputado Romario.
En una rueda de prensa, Nuzman leyó una carta que le fue enviada por el jefe ejecutivo del LOCOG, Paul Deighton, en la cual éste minimiza el asunto y dice que no se trató de una "violación de seguridad grave".
"La copia no autorizada de archivos del LOCOG no resultó en ninguna violación de seguridad grave ni comprometió ningún dato personal", dijo Deighton, según la carta leída por Nuzman.
"El (Comité Organizador de) Rio-2016 reitera que toda su actuación se guía por los principios de ética, responsabilidad y de respeto a los contratos y las propiedades de terceros", sostuvo Nuzman.
El comité local de los JO-2016 despidió a nueve integrantes de la entidad por descargar sin autorización archivos del comité organizador de Londres-2012 en julio, durante los Juegos en la capital británica.
Los dirigentes locales habían informado que los despedidos eran 10, pero uno de los funcionarios acusados había sido autorizado por Londres a bajar los archivos en su computador, y finalmente no fue castigado, precisó el director general la entidad, Leonardo Gryner. "No se perdonó a nadie", zanjó.
Al ser consultado sobre si se siente responsable de lo ocurrido, Nuzman respondió sin titubeos: "No, de forma ninguna".
"Identificamos rápidamente lo que ocurrió y consideramos que el despido es el castigo necesario a lo que (estos funcionarios) hicieron", dijo.
No obstante, el ex atacante de la selección brasileña de fútbol y diputado federal Romario acusó a Nuzman de ser el gran responsable del robo de documentos.
"El culpable en estos casos no aparece nunca, pero sabemos muy bien que es el presidente" del Comité Rio-2016 y del Comité Olímpico Brasileño (COB), escribió Romario el miércoles en su página web, y pidió a la propia presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, intervenir el COB.
"A nuestro entender (Romario) no tiene información suficiente para analizar con profundidad el tema. Voy a reiterarle la invitación que le hicimos para que vea como estamos trabajando", dijo Nuzman este jueves, consultado sobre las críticas del diputado.
El analista deportivo brasileño Juca Kfouri calificó el caso como "el primer escándalo de los Juegos de Rio-2016". Un diario popular de Rio tituló en portada "Medalla de oro para Rio-2016... en robo".
Los funcionarios de Rio-2016 participaban del programa "Secondment", en el que desempeñaban una función dentro de la organización de Londres, como forma de aprendizaje práctico. Todos tenían un nombre de usuario y contraseña para acceder a los sistemas informáticos de Londres-2012.
Pero "todas esas informaciones, aunque pudieran acceder a ellas, eran propiedad del LOCOG y no podían ser copiadas a menos que fueran autorizados", insistió Gryner.
Rio-2016 insistió en mantener la confidencialidad de los nombres de los implicados, que trabajaron durante tres meses en la capital británica.
Uno de los funcionarios despedidos era Renata Santiago. En una carta a Nuzman difundida por la prensa brasileña, Santiago aseguró que copió los archivos siguiendo instrucciones de un superior.
"Todos los jefes de las personas que estaban allá, en Londres, sabían que estaban copiando archivos, era una práctica común", dijo Santiago, que negó haber tenido acceso a datos confidenciales o comerciales.
Sin ahondar en detalles, los directivos negaron que se haya dictado tal instrucción e insistieron en que los trabajadores actuaron individualmente.
En su carta, el jefe del LOCOG afirmó que el episodio no afecta de ninguna manera las relaciones con el equipo de Rio-2016.
En una rueda de prensa, Nuzman leyó una carta que le fue enviada por el jefe ejecutivo del LOCOG, Paul Deighton, en la cual éste minimiza el asunto y dice que no se trató de una "violación de seguridad grave".
"La copia no autorizada de archivos del LOCOG no resultó en ninguna violación de seguridad grave ni comprometió ningún dato personal", dijo Deighton, según la carta leída por Nuzman.
"El (Comité Organizador de) Rio-2016 reitera que toda su actuación se guía por los principios de ética, responsabilidad y de respeto a los contratos y las propiedades de terceros", sostuvo Nuzman.
El comité local de los JO-2016 despidió a nueve integrantes de la entidad por descargar sin autorización archivos del comité organizador de Londres-2012 en julio, durante los Juegos en la capital británica.
Los dirigentes locales habían informado que los despedidos eran 10, pero uno de los funcionarios acusados había sido autorizado por Londres a bajar los archivos en su computador, y finalmente no fue castigado, precisó el director general la entidad, Leonardo Gryner. "No se perdonó a nadie", zanjó.
Al ser consultado sobre si se siente responsable de lo ocurrido, Nuzman respondió sin titubeos: "No, de forma ninguna".
"Identificamos rápidamente lo que ocurrió y consideramos que el despido es el castigo necesario a lo que (estos funcionarios) hicieron", dijo.
No obstante, el ex atacante de la selección brasileña de fútbol y diputado federal Romario acusó a Nuzman de ser el gran responsable del robo de documentos.
"El culpable en estos casos no aparece nunca, pero sabemos muy bien que es el presidente" del Comité Rio-2016 y del Comité Olímpico Brasileño (COB), escribió Romario el miércoles en su página web, y pidió a la propia presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, intervenir el COB.
"A nuestro entender (Romario) no tiene información suficiente para analizar con profundidad el tema. Voy a reiterarle la invitación que le hicimos para que vea como estamos trabajando", dijo Nuzman este jueves, consultado sobre las críticas del diputado.
El analista deportivo brasileño Juca Kfouri calificó el caso como "el primer escándalo de los Juegos de Rio-2016". Un diario popular de Rio tituló en portada "Medalla de oro para Rio-2016... en robo".
Los funcionarios de Rio-2016 participaban del programa "Secondment", en el que desempeñaban una función dentro de la organización de Londres, como forma de aprendizaje práctico. Todos tenían un nombre de usuario y contraseña para acceder a los sistemas informáticos de Londres-2012.
Pero "todas esas informaciones, aunque pudieran acceder a ellas, eran propiedad del LOCOG y no podían ser copiadas a menos que fueran autorizados", insistió Gryner.
Rio-2016 insistió en mantener la confidencialidad de los nombres de los implicados, que trabajaron durante tres meses en la capital británica.
Uno de los funcionarios despedidos era Renata Santiago. En una carta a Nuzman difundida por la prensa brasileña, Santiago aseguró que copió los archivos siguiendo instrucciones de un superior.
"Todos los jefes de las personas que estaban allá, en Londres, sabían que estaban copiando archivos, era una práctica común", dijo Santiago, que negó haber tenido acceso a datos confidenciales o comerciales.
Sin ahondar en detalles, los directivos negaron que se haya dictado tal instrucción e insistieron en que los trabajadores actuaron individualmente.
En su carta, el jefe del LOCOG afirmó que el episodio no afecta de ninguna manera las relaciones con el equipo de Rio-2016.