Todavía la obra humana es perfectible y la cultura un cofre de imaginarios donde caben todas las bellezas, como refleja esta noche la ceremonia de apertura de los XXX Juegos Olímpicos de Londres.
Si Beijing-2008 fue genial, Atenas-2004 entrañable, espectacular Sydney-2000 y muy sentida Barcelona-92, el legado de Londres-2012 se aprecia en la diversidad del Reino Unido capaz de transitar por las glorias de su música, literatura, historia y humor.
No todos los días se llega a la síntesis de flashazos para nostalgias del pentagrama. Satisfaction, con The Rolling Stones, intercalados como si fueran poca cosa al lado de Los Beatles, Queen, David Bowie, Annie Lenox, Elton Jones, Phil Collins.
Ni el privilegio de ver al actor Kenneth Brannagh declamar a Shakespeare; a la Harry Potter de JK Rowling presentando un cuento infantil; o a Mister Bean al piano y, en sueños, derrotando a los héroes de la película Carrozas de fuego.
La mismísima Reina Isabel II, escoltada por el James Bond de Daniel Craig, en helicóptero y supuestamente lanzada en paracaídas hacia el Estadio Olímpico de Stradford. Hasta el recorrido de la antorcha siempre para significar que Londres ha tenido el honor tres veces.
Unas gotas de lluvia para salpicar el ambiente y las nubes ficticias que se anotan en la realidad de cierta bruma y una brisa cercana a la frialdad.
Antes las épocas que sentaron las bases del futuro, la campiña británica, la Revolución Industrial y los herreros fundiendo el hierro para crear la ficción de los Cinco Aros Olímpicos, suspendidos en el aire hacia el centro de la grama.
Islas Maravillosas (Isles of Wonder), inspirada en la obra Tempestad de William Shakespeare, estrenada en 1611 en el Palacio Whitehall de Londres, y la espléndida Orquesta Sinfónica de Londres para las cortinas.
Los jefes de Estado o Gobierno en el palco de honor, con la futura anfitriona olímpica a la cabeza, Dilma Roussef, la presidenta de Brasil y el orgullo latinoamericano de Río de Janeiro-2016, aclamado con una soberbia ovación.
Argentina, Cuba, Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile, Uruguay, México, Jamaica con el carismático Usain Bolt, Paraguay, Nicaragua y todo el concierto latinoamericano y caribeño.
Declamaciones, poesía, efectos especiales y las ilusiones de los protagonistas, los héroes de esta increíble historia llamada Juegos Olímpicos, los deportistas. So british, so good.
Si Beijing-2008 fue genial, Atenas-2004 entrañable, espectacular Sydney-2000 y muy sentida Barcelona-92, el legado de Londres-2012 se aprecia en la diversidad del Reino Unido capaz de transitar por las glorias de su música, literatura, historia y humor.
No todos los días se llega a la síntesis de flashazos para nostalgias del pentagrama. Satisfaction, con The Rolling Stones, intercalados como si fueran poca cosa al lado de Los Beatles, Queen, David Bowie, Annie Lenox, Elton Jones, Phil Collins.
Ni el privilegio de ver al actor Kenneth Brannagh declamar a Shakespeare; a la Harry Potter de JK Rowling presentando un cuento infantil; o a Mister Bean al piano y, en sueños, derrotando a los héroes de la película Carrozas de fuego.
La mismísima Reina Isabel II, escoltada por el James Bond de Daniel Craig, en helicóptero y supuestamente lanzada en paracaídas hacia el Estadio Olímpico de Stradford. Hasta el recorrido de la antorcha siempre para significar que Londres ha tenido el honor tres veces.
Unas gotas de lluvia para salpicar el ambiente y las nubes ficticias que se anotan en la realidad de cierta bruma y una brisa cercana a la frialdad.
Antes las épocas que sentaron las bases del futuro, la campiña británica, la Revolución Industrial y los herreros fundiendo el hierro para crear la ficción de los Cinco Aros Olímpicos, suspendidos en el aire hacia el centro de la grama.
Islas Maravillosas (Isles of Wonder), inspirada en la obra Tempestad de William Shakespeare, estrenada en 1611 en el Palacio Whitehall de Londres, y la espléndida Orquesta Sinfónica de Londres para las cortinas.
Los jefes de Estado o Gobierno en el palco de honor, con la futura anfitriona olímpica a la cabeza, Dilma Roussef, la presidenta de Brasil y el orgullo latinoamericano de Río de Janeiro-2016, aclamado con una soberbia ovación.
Argentina, Cuba, Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile, Uruguay, México, Jamaica con el carismático Usain Bolt, Paraguay, Nicaragua y todo el concierto latinoamericano y caribeño.
Declamaciones, poesía, efectos especiales y las ilusiones de los protagonistas, los héroes de esta increíble historia llamada Juegos Olímpicos, los deportistas. So british, so good.
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