El británico Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de los Juegos de Londres, dijo que la ceremonia de inauguración fue una bienvenida "muy británica" a los atletas de todo el mundo, un acto tildado como un "reto fantástico" para su organizador, el director Danny Boyle.
"Estoy increíblemente emocionado", dijo Coe. "Es uno de los días más grandes de mi vida. Algo extraordinario. Han sido diez años de preparación", añadió.
El evento en sí durará unos 90 minutos, si bien el recorrido de los deportistas alargará la ceremonia otra hora y media, según estimaron los organizadores.
"La ceremonia dirá mucho sobre nosotros pero también es una bienvenida británica a los atletas del mundo. Es un acto extraordinario", indicó Coe.
Por su parte Boyle, que contó con un presupuesto de 27 millones de libras, dio algunos detalles sobre la apertura, en la que intervinieron gran parte de los 15.000 voluntarios convocados para la ocasión.
Para el director de películas como "Trainspotting" o "Slumdog Millionaire" fue una misión "personal", ya que explicó que fue su padre, fallecido hace unos meses y que hoy mismo cumpliría años, quien desde pequeño le contagió su espíritu olímpico.
En la ceremonia habrá tres secuencias de gran tamaño. La primera, centrada en la consciencia histórica del país y que conecta, especialmente, con la revolución industrial.
La segunda rendirá homenaje a la creación de la sanidad pública británica (NHS) tras la II Guerra Mundial y a la literatura británica, mientras que la tercera, más moderna, revisará las décadas desde 1960 hasta la actualidad a través de la música popular.
"No considero que sea una gala excéntrica, pero no sé, soy británico", indicó Boyle entre risas. "No ha habido presiones de ningún tipo. Nos hemos expresado como hemos deseado", afirmó rotundo Boyle, quien dijo que en ningún momento se ha buscado igualar la espectacularidad de Pekín 2008.
"No tenemos tantos recursos y el mundo ha cambiado desde entonces. Hemos actuado con modestia y sensibilidad respecto a la situación económica en la que vivimos", opinó el realizador británico.
"Estoy increíblemente emocionado", dijo Coe. "Es uno de los días más grandes de mi vida. Algo extraordinario. Han sido diez años de preparación", añadió.
El evento en sí durará unos 90 minutos, si bien el recorrido de los deportistas alargará la ceremonia otra hora y media, según estimaron los organizadores.
"La ceremonia dirá mucho sobre nosotros pero también es una bienvenida británica a los atletas del mundo. Es un acto extraordinario", indicó Coe.
Por su parte Boyle, que contó con un presupuesto de 27 millones de libras, dio algunos detalles sobre la apertura, en la que intervinieron gran parte de los 15.000 voluntarios convocados para la ocasión.
Para el director de películas como "Trainspotting" o "Slumdog Millionaire" fue una misión "personal", ya que explicó que fue su padre, fallecido hace unos meses y que hoy mismo cumpliría años, quien desde pequeño le contagió su espíritu olímpico.
En la ceremonia habrá tres secuencias de gran tamaño. La primera, centrada en la consciencia histórica del país y que conecta, especialmente, con la revolución industrial.
La segunda rendirá homenaje a la creación de la sanidad pública británica (NHS) tras la II Guerra Mundial y a la literatura británica, mientras que la tercera, más moderna, revisará las décadas desde 1960 hasta la actualidad a través de la música popular.
"No considero que sea una gala excéntrica, pero no sé, soy británico", indicó Boyle entre risas. "No ha habido presiones de ningún tipo. Nos hemos expresado como hemos deseado", afirmó rotundo Boyle, quien dijo que en ningún momento se ha buscado igualar la espectacularidad de Pekín 2008.
"No tenemos tantos recursos y el mundo ha cambiado desde entonces. Hemos actuado con modestia y sensibilidad respecto a la situación económica en la que vivimos", opinó el realizador británico.