La llegada de la Antorcha Olímpica al mismo corazón de esta ciudad: el famoso mirador nombrado London Eye, y la cercanía de los Juegos Estivales, comienzan a despertar el interés por conocer quién encenderá el pebetero el próximo día 27.
Encendido que ya es parte de los misterios de estas citas cuatrienales por toda la parafernalia que le cuelga y que desde Barcelona-1992, con la flecha disparada por el atleta paralímpico Antonio Rebollo, abrió una nueva era.
Y aunque Sydney-2000 y Beijing-2008 tuvieron también encendidos extraclases, este de ahora en Londres seguramente emulará con aquellos, al menos, tratará de ser más espectacular.
A cinco días de la inauguración de los cuartos Juegos del Siglo XXI nada ha trascendido por aquí de cómo será el encendido en el estadio Olímpico de Stratford.
Ni el más sagaz investigador de Scotland Yard podría dilucidar el asunto ni tampoco descubrir quién será el atleta que llevará la antorcha hasta su punto final para darle vida al fuego que presidirá las acciones competitivas.
Hasta hace poco se mencionaba al remero británico Sir Steve Redgrave, cinco veces campeón olímpico. Pero él había declinado la oferta porque ya había portado el fuego olímpico en el transcurso del recorrido.
Luego se especuló sobre el dos veces monarca estival, el declatonista Daley Thompson, aunque en los medios de difusión nacionales se hablaba que el pebetero sería encendido por un grupo de personas en vez de por un individuo.
Andy Hunt, jefe de misión del equipo olímpico de casa, avivó la efusión especulativa, al no mencionar nombres y asegurar que será un momento impactante. Solo eso dijo ante la prensa.
Y aunque cada cuál de su parecer sobre el asunto, y muchos favorezcan a sus seleccionados con panegíricos interminables, lo cierto es que forma parte de la rica espectacularidad que viste a los Juegos Olímpicos.
El fuego que une llegó a la capital británica la noche del viernes en un show casi de una película de acción: un soldado del ejército británico descendió con él desde un helicóptero sobre la Torre de Londres.
El viernes venidero se conocerá quién será el privilegiado que meterá a Londres de cabeza en la comparación entre los mejores encendidos de los últimos 25 años de olimpismo. Una discución, sin duda, rica en matices.
Encendido que ya es parte de los misterios de estas citas cuatrienales por toda la parafernalia que le cuelga y que desde Barcelona-1992, con la flecha disparada por el atleta paralímpico Antonio Rebollo, abrió una nueva era.
Y aunque Sydney-2000 y Beijing-2008 tuvieron también encendidos extraclases, este de ahora en Londres seguramente emulará con aquellos, al menos, tratará de ser más espectacular.
A cinco días de la inauguración de los cuartos Juegos del Siglo XXI nada ha trascendido por aquí de cómo será el encendido en el estadio Olímpico de Stratford.
Ni el más sagaz investigador de Scotland Yard podría dilucidar el asunto ni tampoco descubrir quién será el atleta que llevará la antorcha hasta su punto final para darle vida al fuego que presidirá las acciones competitivas.
Hasta hace poco se mencionaba al remero británico Sir Steve Redgrave, cinco veces campeón olímpico. Pero él había declinado la oferta porque ya había portado el fuego olímpico en el transcurso del recorrido.
Luego se especuló sobre el dos veces monarca estival, el declatonista Daley Thompson, aunque en los medios de difusión nacionales se hablaba que el pebetero sería encendido por un grupo de personas en vez de por un individuo.
Andy Hunt, jefe de misión del equipo olímpico de casa, avivó la efusión especulativa, al no mencionar nombres y asegurar que será un momento impactante. Solo eso dijo ante la prensa.
Y aunque cada cuál de su parecer sobre el asunto, y muchos favorezcan a sus seleccionados con panegíricos interminables, lo cierto es que forma parte de la rica espectacularidad que viste a los Juegos Olímpicos.
El fuego que une llegó a la capital británica la noche del viernes en un show casi de una película de acción: un soldado del ejército británico descendió con él desde un helicóptero sobre la Torre de Londres.
El viernes venidero se conocerá quién será el privilegiado que meterá a Londres de cabeza en la comparación entre los mejores encendidos de los últimos 25 años de olimpismo. Una discución, sin duda, rica en matices.