De pronto Harry Potter se aparece en Stratford y nos sorprende con un acto de magia increíble, para el encendido del pebetero esta noche en la apertura de los XXX Juegos Olímpicos de Londres-2012.
Sería lindo, de ser posible, porque este niño crecido, que ya es un jovencito y en la vida real se nombra Daniel Radcliff, es británico y bien pudiera convertirse en la sorpresa del secreto mejor guardado en unas Olimpiadas.
Un poco de suspenso al estilo de Alfred Hitchcok, añade una taza de té londinense en la espera del momento cumbre de los XXX Juegos Olímpicos, la ceremonia inaugural y la psicosis con el encendido del pebetero.
Viernes 27 de julio de 2012, en un rato, a las nueve de la noche hora local. Estadio Olímpico de Stratford, 80 mil personas y tres mil millones de telespectadores. Amenaza de lluvia ligera y el anuncio de que la bonanza veraniega de cinco días pudiera terminar.
El Támesis inundando simbólicamente la instalación, animales en una campiña británica, variaciones dinámicas en la escenografía, un niño mago llamado Harry Potter y detrás del telón, la simbiosis perfecta de una cultura fértil en cine, literatura y música.
Alfred Hitchcok seguramente hubiese sido el mejor alquimista de la historia, para lograr fundir en un abrazo multifacético a todos estos cofres inspirados. Pero igual no perdería la oportunidad de deslizar notas enigmáticas.
Lástima que no esté con nosotros el genio de Vértigo y Psicosis, aunque tampoco su ausencia es insustituible. Para llenar el vacío, Danny Boyle, otro cineasta inglés de la nueva pléyade, que logró arrancar varios Oscar con el vibrante Slumdog Millionaire.
Las noticias se suceden por minutos y es imposible seguirle la pista. David Beckham, el "spice boy", excluido de la selección británica en el fútbol de Londres-2012, tendrá desquite con su participación en un segmento del recorrido de la antorcha.
Todos quieren ser parte de la más codiciada tajada del pastel olímpico, el acto de apertura, y hasta el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se apunta en el trayecto final de la llama olímpica.
Islas Maravillosas (Isles of Wonder), inspirada en la obra Tempestad de William Shakespeare, estrenada en 1611 en el Palacio Whitehall de Londres, y la espléndida Orquesta Sinfónica de Londres para las cortinas.
El alma de Los Beatles con el privilegio de un coro gigante para el Hey Jude, que trascenderá mucho más allá de las propias expectativas de Paul McCartney.
Más de 15 mil atletas, 11 mil 500 periodistas, comentaristas, reporteros gráficos, editores y camarógrafos, 36 disciplinas deportivas, 17 jornadas competitivas, el favoritismo de Estados Unidos y China, con Brasil y Cuba en el liderazgo latinoamericano.
Uf, es Londres-2012, que toca las puertas del universo!.
Sería lindo, de ser posible, porque este niño crecido, que ya es un jovencito y en la vida real se nombra Daniel Radcliff, es británico y bien pudiera convertirse en la sorpresa del secreto mejor guardado en unas Olimpiadas.
Un poco de suspenso al estilo de Alfred Hitchcok, añade una taza de té londinense en la espera del momento cumbre de los XXX Juegos Olímpicos, la ceremonia inaugural y la psicosis con el encendido del pebetero.
Viernes 27 de julio de 2012, en un rato, a las nueve de la noche hora local. Estadio Olímpico de Stratford, 80 mil personas y tres mil millones de telespectadores. Amenaza de lluvia ligera y el anuncio de que la bonanza veraniega de cinco días pudiera terminar.
El Támesis inundando simbólicamente la instalación, animales en una campiña británica, variaciones dinámicas en la escenografía, un niño mago llamado Harry Potter y detrás del telón, la simbiosis perfecta de una cultura fértil en cine, literatura y música.
Alfred Hitchcok seguramente hubiese sido el mejor alquimista de la historia, para lograr fundir en un abrazo multifacético a todos estos cofres inspirados. Pero igual no perdería la oportunidad de deslizar notas enigmáticas.
Lástima que no esté con nosotros el genio de Vértigo y Psicosis, aunque tampoco su ausencia es insustituible. Para llenar el vacío, Danny Boyle, otro cineasta inglés de la nueva pléyade, que logró arrancar varios Oscar con el vibrante Slumdog Millionaire.
Las noticias se suceden por minutos y es imposible seguirle la pista. David Beckham, el "spice boy", excluido de la selección británica en el fútbol de Londres-2012, tendrá desquite con su participación en un segmento del recorrido de la antorcha.
Todos quieren ser parte de la más codiciada tajada del pastel olímpico, el acto de apertura, y hasta el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se apunta en el trayecto final de la llama olímpica.
Islas Maravillosas (Isles of Wonder), inspirada en la obra Tempestad de William Shakespeare, estrenada en 1611 en el Palacio Whitehall de Londres, y la espléndida Orquesta Sinfónica de Londres para las cortinas.
El alma de Los Beatles con el privilegio de un coro gigante para el Hey Jude, que trascenderá mucho más allá de las propias expectativas de Paul McCartney.
Más de 15 mil atletas, 11 mil 500 periodistas, comentaristas, reporteros gráficos, editores y camarógrafos, 36 disciplinas deportivas, 17 jornadas competitivas, el favoritismo de Estados Unidos y China, con Brasil y Cuba en el liderazgo latinoamericano.
Uf, es Londres-2012, que toca las puertas del universo!.