Era la más pequeña de las competidoras en la final femenina del salto con pértiga de los Juegos Olímpicos y mientras las miradas apuntaban a Yelena Isinbayeva, la cubana Yarisley Silva soñaba su medalla de plata.
Lo hizo muy despierta, sorteando la inclemencia del tiempo, con viento y frío, sin complejos en un duelo de tú a tú con la reina de la garrocha, la recordista del orbe Isinbayeva (bronce) y la estadounidense Jennifer Suhr (oro).
En realidad Silva y Suhr lograron el mismo registro de 4,75 metros, pero la estadounidense tuvo exactamente un fallo menos en la competencia y conquistó la presea aurea.
"La verdad es que acabo de cumplir el más lindo sueño de mi vida, que es un regalo al sacrificio, el esfuerzo, la entrega. Siempre me sentí confiada y no me puse a reparar en mis contrincantes, sino en mi técnica", dijo a Prensa Latina.
Natural de la occidental provincia cubana de Pinar del Río, Silva logró en Londres-2012 no sólo la actuación más relevante de su país en la pértiga femenina, sino también de América Latina y el Caribe.
La brasileña Fabiana Murer, una de las favoritas, no pudo hacer valer aquí su condición de campeona mundial de Daegu-2011, y fue eliminada en la fase de clasificación.
"Fabiana es una magnífica atleta. Sin embargo no se presentó en forma, y repito sin ánimos de justificación, el viento nos obligó a todas a replantearnos la estrategia de saltos, porque el clima molestó bastante", indicó la cubana de 25 años de edad.
Su primera señal de aviso en el camino hacia Londres fue en los Panamericanos de Guadalajara en noviembre último, donde pudo imponerse a Fabiana Murer. La presión se hizo mayúscula al ingresar en el estadio de Stratford el 6 de agosto.
Vengo de un país con clima tropical y la verdad, aquella noche fue además fría, por lo cual me ví obligada a hacer calentamientos fuertes para cada salto. Ganarle a Isinbayeva, a quien respeto y admiro mucho, es un honor inmenso, comentó.
Mi momento más difícil fue repetir los 4,75 que era lo máximo de mi trayectoria, porque estoy saltando con una garrocha nueva y ando en proceso de adaptación. Mi entrenador me dio la confianza y pude hacerlo bien con el nuevo implemento, añadió.
El martes 7 disfrutó de un momento inolvidable, la ceremonia de premiación. Subir al podio, relajada, y ver a su bandera izarse por primera ocasión en el certamen del deporte rey aquí.
"Creo que me falta adaptarme mejor a la nueva pértiga y mantener el entusiasmo por los entrenamientos y las metas futuras. Estoy muy cerca de los 4,80, más allá, hay un trabajo duro por hacer", reconoció.
A otra pregunta de Prensa Latina en torno a si la estatura es determinante en su especialidad, Silva consideró que lo trascendental es el dominio de la técnica.
"Se puede ser más alta o más bajita, el asunto es hacer la carrera con mucha precisión. Cada cual con su don, el mío es seguir progresando", recalcó.
Del futuro, ahora a disfrutar, estoy sorprendida con este resultado con sólo dos años en la élite mundial del atletismo, concluyó.
Lo hizo muy despierta, sorteando la inclemencia del tiempo, con viento y frío, sin complejos en un duelo de tú a tú con la reina de la garrocha, la recordista del orbe Isinbayeva (bronce) y la estadounidense Jennifer Suhr (oro).
En realidad Silva y Suhr lograron el mismo registro de 4,75 metros, pero la estadounidense tuvo exactamente un fallo menos en la competencia y conquistó la presea aurea.
"La verdad es que acabo de cumplir el más lindo sueño de mi vida, que es un regalo al sacrificio, el esfuerzo, la entrega. Siempre me sentí confiada y no me puse a reparar en mis contrincantes, sino en mi técnica", dijo a Prensa Latina.
Natural de la occidental provincia cubana de Pinar del Río, Silva logró en Londres-2012 no sólo la actuación más relevante de su país en la pértiga femenina, sino también de América Latina y el Caribe.
La brasileña Fabiana Murer, una de las favoritas, no pudo hacer valer aquí su condición de campeona mundial de Daegu-2011, y fue eliminada en la fase de clasificación.
"Fabiana es una magnífica atleta. Sin embargo no se presentó en forma, y repito sin ánimos de justificación, el viento nos obligó a todas a replantearnos la estrategia de saltos, porque el clima molestó bastante", indicó la cubana de 25 años de edad.
Su primera señal de aviso en el camino hacia Londres fue en los Panamericanos de Guadalajara en noviembre último, donde pudo imponerse a Fabiana Murer. La presión se hizo mayúscula al ingresar en el estadio de Stratford el 6 de agosto.
Vengo de un país con clima tropical y la verdad, aquella noche fue además fría, por lo cual me ví obligada a hacer calentamientos fuertes para cada salto. Ganarle a Isinbayeva, a quien respeto y admiro mucho, es un honor inmenso, comentó.
Mi momento más difícil fue repetir los 4,75 que era lo máximo de mi trayectoria, porque estoy saltando con una garrocha nueva y ando en proceso de adaptación. Mi entrenador me dio la confianza y pude hacerlo bien con el nuevo implemento, añadió.
El martes 7 disfrutó de un momento inolvidable, la ceremonia de premiación. Subir al podio, relajada, y ver a su bandera izarse por primera ocasión en el certamen del deporte rey aquí.
"Creo que me falta adaptarme mejor a la nueva pértiga y mantener el entusiasmo por los entrenamientos y las metas futuras. Estoy muy cerca de los 4,80, más allá, hay un trabajo duro por hacer", reconoció.
A otra pregunta de Prensa Latina en torno a si la estatura es determinante en su especialidad, Silva consideró que lo trascendental es el dominio de la técnica.
"Se puede ser más alta o más bajita, el asunto es hacer la carrera con mucha precisión. Cada cual con su don, el mío es seguir progresando", recalcó.
Del futuro, ahora a disfrutar, estoy sorprendida con este resultado con sólo dos años en la élite mundial del atletismo, concluyó.