El estadounidense Michael Phelps, campeón olímpico de natación, dio ayer una clase a niños y adolescentes de una favela de Río de Janeiro que hasta hace dos años estaba bajo el dominio de bandas de narcotraficantes. Phelps, ganador de 22 medallas olímpicas, visitó el Centro Olímpico del Complejo do Alemao, un conjunto de favelas arrebatadas en noviembre de 2010 al narcotráfico en una operación de fuerzas militares y policiales. El campeón olímpico se metió en una piscina del centro deportivo de la barriada, donde mostró a unos 20 jóvenes unos ejercicios de calentamiento durante una sesión que duró aproximadamente media hora, con el patrocinio de una empresa de tarjetas de crédito. También aconsejó a los niños seguir en busca de sus sueños, pese a los obstáculos. "Cuando yo empecé, nadaba en una piscina de cuatro carriles con otros 25 niños. Tenía que eludirlos para poder ir más rápido. Todo es posible cuando uno realmente lo quiere", afirmó.
La victoriosa carrera deportiva de Phelps terminó el 4 de agosto de este año, cuando el nadador de 27 años sumó en la final de 4x100 estilos de Londres 2012 su vigésimo segunda medalla olímpica y se confirmó como el deportista más exitoso de la historia de los Juegos. Esa misma noche ratificó su decisión de dejar la natación: "De alguna manera logré cada cosa que me propuse, y si puedes decir eso de tu carrera, no hay por qué seguir. Es tiempo para cosas nuevas", dijo el astro, quien agregó: "Hay otras cosas que quiero hacer en mi vida en lugar de quedarme mirando todo el tiempo una línea negra".
Phelps tiene en EEUU una fundación dedicada al fomento de la natación y su seguridad mientras se practica, así como a la difusión de hábitos saludables de vida. Posteriormente, el campeón dio una rueda de prensa, en la que no descartó que su fundación abra una sede en Brasil, pues su "filosofía" es llevarla fuera de las fronteras de Estados Unidos. Phelps, que visita por primera vez Río de Janeiro, dijo que se había quedado "impresionado" con la ciudad. De hecho, expresó que le gustaría estar en los Juegos de 2016 que se celebrarán en Río para ver el ambiente que se vivirá en la ciudad. El nadador bromeó con la posibilidad de participar en los Juegos pero como jugador de golf, deporte que ahora practica y que en 2016 volverá a ser olímpico tras más de un siglo de ausencia. "Quiero aprender más de este juego y mejorar. Soy muy competitivo. Tengo el mejor técnico, un gran maestro, y espero que dentro de un año pueda ganarles a mis amigos".
El supercampeón llegó puntualmente a las diez de la mañana pero debió esperar más de 45 minutos en una camioneta a la llegada de autoridades locales que deberían acompañarle. El gobernador y el alcalde habían sido invitados, pero al final no comparecieron y enviaron a sus secretarios de Deporte. Estos últimos llegaron casi una hora después del horario programado. Phelps no dio muestras de estar molesto por los retrasos y, con una sonrisa ancha, se metió en la piscina con los niños y jóvenes de la comunidad.
La victoriosa carrera deportiva de Phelps terminó el 4 de agosto de este año, cuando el nadador de 27 años sumó en la final de 4x100 estilos de Londres 2012 su vigésimo segunda medalla olímpica y se confirmó como el deportista más exitoso de la historia de los Juegos. Esa misma noche ratificó su decisión de dejar la natación: "De alguna manera logré cada cosa que me propuse, y si puedes decir eso de tu carrera, no hay por qué seguir. Es tiempo para cosas nuevas", dijo el astro, quien agregó: "Hay otras cosas que quiero hacer en mi vida en lugar de quedarme mirando todo el tiempo una línea negra".
Phelps tiene en EEUU una fundación dedicada al fomento de la natación y su seguridad mientras se practica, así como a la difusión de hábitos saludables de vida. Posteriormente, el campeón dio una rueda de prensa, en la que no descartó que su fundación abra una sede en Brasil, pues su "filosofía" es llevarla fuera de las fronteras de Estados Unidos. Phelps, que visita por primera vez Río de Janeiro, dijo que se había quedado "impresionado" con la ciudad. De hecho, expresó que le gustaría estar en los Juegos de 2016 que se celebrarán en Río para ver el ambiente que se vivirá en la ciudad. El nadador bromeó con la posibilidad de participar en los Juegos pero como jugador de golf, deporte que ahora practica y que en 2016 volverá a ser olímpico tras más de un siglo de ausencia. "Quiero aprender más de este juego y mejorar. Soy muy competitivo. Tengo el mejor técnico, un gran maestro, y espero que dentro de un año pueda ganarles a mis amigos".
El supercampeón llegó puntualmente a las diez de la mañana pero debió esperar más de 45 minutos en una camioneta a la llegada de autoridades locales que deberían acompañarle. El gobernador y el alcalde habían sido invitados, pero al final no comparecieron y enviaron a sus secretarios de Deporte. Estos últimos llegaron casi una hora después del horario programado. Phelps no dio muestras de estar molesto por los retrasos y, con una sonrisa ancha, se metió en la piscina con los niños y jóvenes de la comunidad.