Amanece y es una mañana de niebla en el este de Londres, desde el piso 23, el Estadio Olímpico no es más que una insinuación en el horizonte.

Sin embargo, Sebastian Coe, se sienta de espaldas a la ventana de la oficina, como si una visión en la oscuridad podría hacer hincapié en la urgencia de su tarea.

Este miércoles, los Juegos de la XXX Olimpiada estarán a 100 días de distancia. La realidad está empujando las costillas. "El tiempo ha pasado tan rápido", dice.

"Puedes sentir la emoción por las pequeñas cosas que suceden. El otro día, en el centro de Londres, conocí a una mujer que era voluntaria, un hombre que iba a llevar la antorcha y una chica que me dijo que ella estaba bailando en la ceremonia de apertura. "

"No creo que jamás he presenciado un entusiasmo internacional para los Juegos Olímpicos"... "No puedo esperar para llegar aquí. Y eso es típico. Desde Dar-es-Salaam a Marrakech, desde Pekín a Los Ángeles, hay gente que anhelan llegar a Londres."

"Todo el mundo está siempre emocionado por ir a unos Juegos Olímpicos, pero hay algo diferente esta vez, porque es Londres."

La velocidad sin precedentes en el que los boletos se vendieron zanjó el debate sobre la preparación de la nación para abrazar los Juegos Olímpicos.

Como Coe dice: 'No se lo digas a los británicos que van a tener un tiempo maravilloso, lo van a saber ellos mismos."

"Nunca pensé que tendría un problema de venta de entradas, porque creo que el deporte que realmente importa a nuestro público."

Hay algo acerca del fanático Coe mientras persigue su teoría: "He hecho incontables kilómetros, viajando a este país. Para ver a la gente hacer las cosas extraordinarias que no sabían que lo tenían en sí mismos para hacer."

Sus ocho años como presidente del comité organizador no han sido sencillo, y la interrupción de la Regata Olímpica llevado a la especulación inevitable.

Pero él aboga por la perspectiva, y ofrece una respuesta seleccionada de su vida anterior como un político de partido: ". Tenemos una larga historia de manifestaciones pacíficas, siempre y cuando no ponen los atletas o espectadores en riesgo".

El éxito o fracaso de los Juegos de Londres será determinado por la capacidad colectiva del Comité Organizador. Coe confía en su equipo.