Otra vez imperial en la gimnasia y clavados, el poderío de China en estos Juegos Olímpicos se acentuó hoy al ampliar su ventaja al frente del cuadro de medallas. Al mismo tiempo, el eco de la suspicacia sobre los resultados del gigante asiático fue difícil de obviar.
China vino a Londres 2012 con la consigna de demostrar que su cosecha de 51 medallas de oro hace cuatro años, cuando quedó primera como anfitriona en Beijing, no fue obra de la casualidad o la localía.
Cumplidas tres jornadas, los chinos ya acumulan nueve preseas doradas, por delante de las cinco de Estados Unidos, la potencia que ahora persigue su estela.
Tanto que se habló del duelo entre Ryan Lochte y Michael Phelps, pero un francés se ha transformado en la figura de la natación: Yannick Agnel. Veinticuatro horas después de un fabuloso remate en el último tramo del relevo 4x100, Agnel arrasó en los 200 libres, imponiéndose por unas siderales 79 centésimas sobre el chino Sun Yang y el surcoreano Park Taehwan.
“Tenía una idea de la carrera que quería hacer, pero esto supera mis expectativas e ilusiones”, dijo Agnel.
Aún faltan cinco días de competencias en el Centro Acuático, pero Francia ya acumula tres medallas de oro (la otra fue de Camille Muffat en los 400 libre femeninos) y es el equipo que escolta a Estados Unidos dentro de la natación, que el lunes vio a Missy Franklin y Matthew Grevers subir a lo más alto del podio (ambos en 100 espalda).
Colombia y México se adjudicaron medallas de plata. La de Oscar Figueroa en los 62 kilos del levantamiento de pesas fue el segundo metal de ese color para la delegación, luego que el ciclista Rigoberto Urán quedó segundo en la carrera de ruta en el primer día. Germán Sánchez e Iván García, en tanto, estrenaron a México en el tablero al conseguir la plata en la plataforma sincronizada de los clavados, por detrás de —quiénes más— los chinos Cao Yuan y Zhang Yanquan.
Twitter se ha convertido en una herramienta de doble filo para los competidores. El futbolista suizo Michel Morganella se convirtió en el segundo en quedar marginado por enviar un mensaje racista en la red social y se perderá el partido contra México el miércoles.
Tras una derrota ante Corea del Sur, Morganella hizo comentarios en los que “discriminó, insultó y se burló de la dignidad del equipo de Corea del Sur y del pueblo surcoreano”, dijo el jefe de misión suiza, Gian Gilli.
Morganella siguió los pasos de la atleta griega Voula Papachristou, quien se burló de los inmigrantes africanos.
Pero el desempeño de China es el centro de la atención, con un gama de títulos que abarca cinco disciplinas: clavados, tiro, gimnasia, levantamiento de pesas y natación. El lunes, sus gimnastas revalidaron el cetro por equipos y Li Xueying conquistó el oro en los 58 kilos de pesas.
En el día inaugural de los Juegos, los triunfos de Sun y Ye Shiwen en natación causaron gran impacto. El de Sun en los 400 libre fue el primero de un nadador chino en una olimpiada, mientras que Shiwen batió el récord mundial de los 400 combinados.
China empieza a sacar crédito de invertir sin reparos en la natación, contratando técnicos extranjeros. Sun y Yen, por ejemplo, han trabajado con Denis Cotterell, un reconocido entrenador australiano.
La precoz Ye, de 16 años, hizo que muchos se restregasen los ojos cuando nadó los últimos 50 metros más rápido que Lochte, el ganador de los 400 estilos masculinos. Stephanie Rice, la australiana que poseía la previa plusmarca, reaccionó asombrada al decir que “fue un tiempo de locos”.
La rueda de prensa el lunes de Arne Ljungqvist, el jefe de la comisión médica del Comité Olímpico Internacional, se concentró en Shiwen.
“Es muy triste que una actuación inesperada sea considerada como sospechosa”, dijo Ljungqvist. “La sospecha es el punto medio de una acusación que hay algo malo. Eso no me gusta. Prefiero los hechos”.
También el lunes, Roger Federer y Serena Williams avanzaron a la tercera ronda del tenis que se disputa en Wimbledon. Ambos buscan su primer oro olímpico en categoría individual.
China vino a Londres 2012 con la consigna de demostrar que su cosecha de 51 medallas de oro hace cuatro años, cuando quedó primera como anfitriona en Beijing, no fue obra de la casualidad o la localía.
Cumplidas tres jornadas, los chinos ya acumulan nueve preseas doradas, por delante de las cinco de Estados Unidos, la potencia que ahora persigue su estela.
Tanto que se habló del duelo entre Ryan Lochte y Michael Phelps, pero un francés se ha transformado en la figura de la natación: Yannick Agnel. Veinticuatro horas después de un fabuloso remate en el último tramo del relevo 4x100, Agnel arrasó en los 200 libres, imponiéndose por unas siderales 79 centésimas sobre el chino Sun Yang y el surcoreano Park Taehwan.
“Tenía una idea de la carrera que quería hacer, pero esto supera mis expectativas e ilusiones”, dijo Agnel.
Aún faltan cinco días de competencias en el Centro Acuático, pero Francia ya acumula tres medallas de oro (la otra fue de Camille Muffat en los 400 libre femeninos) y es el equipo que escolta a Estados Unidos dentro de la natación, que el lunes vio a Missy Franklin y Matthew Grevers subir a lo más alto del podio (ambos en 100 espalda).
Colombia y México se adjudicaron medallas de plata. La de Oscar Figueroa en los 62 kilos del levantamiento de pesas fue el segundo metal de ese color para la delegación, luego que el ciclista Rigoberto Urán quedó segundo en la carrera de ruta en el primer día. Germán Sánchez e Iván García, en tanto, estrenaron a México en el tablero al conseguir la plata en la plataforma sincronizada de los clavados, por detrás de —quiénes más— los chinos Cao Yuan y Zhang Yanquan.
Twitter se ha convertido en una herramienta de doble filo para los competidores. El futbolista suizo Michel Morganella se convirtió en el segundo en quedar marginado por enviar un mensaje racista en la red social y se perderá el partido contra México el miércoles.
Tras una derrota ante Corea del Sur, Morganella hizo comentarios en los que “discriminó, insultó y se burló de la dignidad del equipo de Corea del Sur y del pueblo surcoreano”, dijo el jefe de misión suiza, Gian Gilli.
Morganella siguió los pasos de la atleta griega Voula Papachristou, quien se burló de los inmigrantes africanos.
Pero el desempeño de China es el centro de la atención, con un gama de títulos que abarca cinco disciplinas: clavados, tiro, gimnasia, levantamiento de pesas y natación. El lunes, sus gimnastas revalidaron el cetro por equipos y Li Xueying conquistó el oro en los 58 kilos de pesas.
En el día inaugural de los Juegos, los triunfos de Sun y Ye Shiwen en natación causaron gran impacto. El de Sun en los 400 libre fue el primero de un nadador chino en una olimpiada, mientras que Shiwen batió el récord mundial de los 400 combinados.
China empieza a sacar crédito de invertir sin reparos en la natación, contratando técnicos extranjeros. Sun y Yen, por ejemplo, han trabajado con Denis Cotterell, un reconocido entrenador australiano.
La precoz Ye, de 16 años, hizo que muchos se restregasen los ojos cuando nadó los últimos 50 metros más rápido que Lochte, el ganador de los 400 estilos masculinos. Stephanie Rice, la australiana que poseía la previa plusmarca, reaccionó asombrada al decir que “fue un tiempo de locos”.
La rueda de prensa el lunes de Arne Ljungqvist, el jefe de la comisión médica del Comité Olímpico Internacional, se concentró en Shiwen.
“Es muy triste que una actuación inesperada sea considerada como sospechosa”, dijo Ljungqvist. “La sospecha es el punto medio de una acusación que hay algo malo. Eso no me gusta. Prefiero los hechos”.
También el lunes, Roger Federer y Serena Williams avanzaron a la tercera ronda del tenis que se disputa en Wimbledon. Ambos buscan su primer oro olímpico en categoría individual.